lunes, 27 de julio de 2009

III.- ¿UN NUEVO CAPITALISMO SIN NEOLIBERALISMO?

A continuación ponemos a su alcance la tercera parte de nuestro documento sobre la situación internacional.

1.- Los gobiernos están usando como hace muchas décadas no se veía medidas antidepresivas del arsenal keynesiano, desde reducción a cero de la tasa de interés hasta políticas de grandes ayudas a bancos y empresas. En menor escala créditos para el consumo de la población. Los valores superan los siete trillones de dólares, la mitad del PBI americano lo que significa que son los mayores recursos gastados en cualquier otra crisis.

2.- En el mundo hay una gran corriente de opinión que atribuyen la crisis a lo que llaman “ruleta financiera” llevada adelante por los especuladores asentados en los países del primer mundo. Hablan que se trata de una crisis del neoliberalismo y no del capitalismo y postulan como salida terminar con la especulación mediante la regulación de los mercados financieros con un cierto control de los estados. Hablan también de reorganizar la relación entre el sistema financiero y la producción. De un nuevo acuerdo monetario mundial y también comercial entre países para superar las medidas proteccionistas de las potencias imperialistas. De esta manera sería posible salir de la crisis y lograr una armonía entre las finanzas y la producción, como entre los países terminando el proteccionismo de las potencias del primer mundo. Agregan a esto la ilusión de mejoras en la distribución de renta.

3.- Acontece que el neoliberalismo - o lo que llamamos globalización - no es una forma “mala” de capitalismo frente a otra “buena”, sino que es la forma con que él capitalismo se desarrolló en esta fase de decadencia imperialista; es intrínseco a él mismo. En la década del 80 el reganismo y thatcherismo con las privatizaciones, la desregulación, liberalización de los mercados abrieron el período de la globalización neoliberal en el cual dio un salto la concentración capitalista con el dominio económico mundial por las multinacionales y la financierización que ha alcanzó una dimensión nunca vista. También ocurrió la restauración completa del capitalismo (salvo en Cuba). Esto se dio apoyado en una revolución tecnológica de magnitud que cambió las comunicaciones, los sistemas de control, que permitió aumentar el rendimiento del trabajo. Significo la creación de un ejército de trabajadores mundial de reserva que bajó los salarios, debilitó a la clase obrera y permitió una expansión total como nunca antes había tenido el capitalismo (También el capitalismo vivió los grandes avances de la biotecnología para mejorar los cultivos). Este período significó el mayor dominio del capital sobre el mundo, una innegable expansión del capitalismo como totalidad, con una gran pujanza de la producción capitalista en China, por ejemplo.

En este nuevo periodo el capitalismo no resuelve sus contradicciones intrínsecas, solo las posterga creando en el futuro otras más graves; así pues sentaba las bases para dar vida a una crisis económica que iba a ser tan grave como la del 29, que es la que estamos viendo ahora. En el Manifiesto Comunista Marx escribió: “¿Y como sale la burguesía de las crisis? Por un lado, por la aniquilación forzada de una masa de fuerzas productivas; por otro lado, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más profunda de antiguos mercados. ¿De que modo, entonces? Preparando crisis más poderosas y disminuyendo los medios de prevenir las crisis”.

4.- Han existido en el seno de los intelectuales y las organizaciones políticas muchas dificultades para comprender la magnitud de los cambios y sobre todo el proceso abierto en China. Algunas han sido extremadamente unilaterales. Minimizaron y minimizan los enormes cambios ocurridos con la mundialización o globalización. Por un lado niegan que hubiera desarrollo de las fueras productivas en este período. Y al mismo tiempo afirman que todo este período de la globalización no ha sido más que la prolongación de una crisis crónica del capitalismo abierta con el fin del boom económico de posguerra a partir de la crisis del 74.

En los inicios de los 70 terminó el boom mundial de posguerra que duró 24 años. En el 74 hubo una recesión brutal en el mundo como consecuencia del alza de los precios del petróleo, siendo el Japón el país mas duramente afectado. Y a partir de entonces ocurrieron varias crisis cíclicas en la economía mundial. (82, 87, 97 en los tigres asiáticos…) Por eso mismo hay también economistas y políticos serios que hablan que desde entonces hay una crisis crónica o estructural del capital. Esta caracterización fue posteriormente utilizada para definir la situación mundial como revolucionaria y ha sido usada también para negar toda posibilidad de recuperación de la economía capitalista, y también para negar la fase de la globalización y que hubiera un desarrollo de las fuerzas productivas.

Es verdad que con la globalización el crecimiento global del capitalismo nunca superó en los 90 los índices de crecimiento del boom de posguerra, pero lo real es que el capitalismo se sobrepuso y enfrentó la tendencia a la crisis por la baja de la tasa de ganancia con mecanismos que le permitieron retomarla. Como hemos visto, esto ocurrió desarrollando a la vez mecanismos más “anormales” que crean más contradicciones y que ahora están en el centro de la crisis provocada, pero que en definitiva significaron que el capitalismo alcanzara “una máxima expansión mundial como nunca antes” citando a Chesnais. Por eso mismo nos parece que es mucho más correcto que en vez de hablar de crisis estructural o crónica, hablemos de que es sin dudas el periodo de la decadencia y de más agotamiento del sistema. Esta diferencia no es solo semántica ya que significa que el capitalismo puede salir nuevamente de la crisis, aunque si esto ocurre, lo hará creando más graves contradicciones aún. Ellos pueden salir de la recesión a costa de más explotación, mas destrucción de capitales lo que llevará a más crisis a más decadencia y a más formas de barbarie.

6.- Estamos convencidos de que no hay una reforma progresiva posible desde arriba (aclaramos que desarrollo de las fuerzas productivas no es sinónimo de progreso social, sino “progreso” para los capitalistas). Las clases dominantes no pueden dar marcha atrás hacia otro capitalismo por los propios mecanismos de la concentración y mundialización que ellos han creado, no pueden atacar ni antes ni ahora la gran propiedad privada que está en el centro de esta crisis. Lo que puede haber son medidas keynesianas de fuertes inversiones estatales para salvar esa propiedad privada, a bancos y grande empresas. Para reactivar la economía, con un nuevo proteccionismo que aumentará la competencia y las contradicciones entre los diferentes países. Será un keynesianismo más diletante que el de Roosvelt, con menos inversiones en obras publicas y en protección a los desempleados y más en salvar las mismas instituciones financieras y las grandes empresas multinacionales.

Solo una fuerte movilización social puede cambiar esta situación, o también pueden hacerlo gobiernos que se apoyen en ella, como es el caso de los gobiernos nacionalistas latinoamericanos que pueden seguir tomando medidas progresivas como es el caso del ALBA, que es un proteccionismo latinoamericano progresivo frente a la crisis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario